Desde niña, siempre fui algo inquieta y movida, aunque me sabía comportar en cualquier tipo de situación social y estaba en la mesa a la hora de comer o cenar todo lo que me pedían y apenas me movía del pupitre en el cole. No obstante, sí me llamaban la atención con frecuencia por hablar.....
Nunca me apasionaron (aunque jugaba a ello, a veces..) los juegos de muñecas o de cocinitas... Prefería el escondite, el balón prisionero, saltar a la goma o a la comba, jugar con mi balón y, sobre todo, en verano, cogerme mi bici de paseo y "desaparecer" por ahí..... en Gandía.... y caminar por la playa.... y por el monte....
Si no hubiera fallecido mi abuelo materno siendo yo tan pequeña (me faltaba un mes para cumplir tres años) y hubiéramos seguido yendo más en vacaciones a San Lorenzo de El Escorial que a la playa, no habría parado de escaparme por los pinares y montes de esa zona...
Luego, fui scout durante cuatro años (entre los 11 y los 15 años) y lo que más me gustaba era las marchas que hacíamos en las salidas de un día o de fin de semana, pero no tanto las otras actividades...., aunque no me agradara ir en un grupo tan grande...
Después, como a nadie en mi entorno le gustaba salir por la montaña, estuve sin hacerlo durante muchos años, pero nunca me dejó de gustar andar y patear ciudades y he de decir que tenía resistencia para ello...
Recuerdo que con 16 años me pilló una huelga de transporte durante toda mi estancia en los alrededores de Dublín para aprender inglés y no tuve problemas en ponerme a patear toda la ciudad con la ayuda de un plano, aunque también hacía algo de auto-stop. Y vaya si andé y lo que llevaba era playeras.... Llegué a caminar 3 y 4 horas al día.... o algo más incluso....
En Madrid también caminaba mucho dado que no me saqué el carnet de conducir hasta los 26 años y la de ciudades que habré visitado con mis amigas o sola recorriéndolas de punta a punta. Siempre me ha gustado hacer los recorridos a pie que proponen las guías u otros de mi invención, además de coger muy poco el transporte público, salvo para desplazarme a puntos muy distantes del centro...
Además, con 23 años me aficioné a la natación y en invierno iba unas 4 veces a la semana a la piscina a hacerme unos 1250 - 1500 metros cada vez o incluso 1750 (combinaba entonces los estilos espalda y braza). Esta afición duró hasta los 31 años y sólo fue parcialmente interrumpida entre los 29 y los 30.
Luego, me puse a estudiar y a trabajar (al decidir estudiar psicopedagogía y luego pasarme a la enseñanza pública preparando las oposiciones para orientadora) y apenas pude dedicarme a ello, aunque seguía cogiendo la bici en verano y pateando ciudades en mis visitas turísticas...., pero el gusanillo de intentar hacer rutas lo tenía dentro y, así, por ejemplo, en 1999, mi amiga Yolanda y yo comenzamos a hacer una ruta por el Parque Natural de Puebla de Sanabria en la que nos tuvimos que dar la vuelta, porque se nos echó una tormenta encima....
En el 2001, caminamos por Sierra Nevada, pero como una de mis amigas se cansaba, nos dimos pronto la vuelta, e incluso hicimos una ruta a caballo.... Y me prometí que un día subiría al Veleta.... (y lo hice en el 2007)...
En el mismo año comenzamos a hacer una ruta por Capileira, pero el miedo de una amiga ante un perro que nos salió al paso, hizo que nos diéramos la vuelta....
También subimos, en alguna ocasión, al Parque Natural de Peñalara, pero, como mis amigas se cansaban, nos dimos pronto la vuelta y yo siempre me quedé con ganas de más (y sólo iba con deportivas....).
Y el sueño y la pasión de patear montes, montañas y recorrer a pie todos los rincones de los Parques Naturales y Nacionales seguía ahí, esperando una ocasión favorable para acabar de salir a la luz....